Gracias del Colectivo Social Unámonos a los vallecaucanos

El Colectivo Social Unámonos agradece a militantes, simpatizantes y amigos, su desinteresada y espontanea decisión de aceptar nuestra invitación a participar de la elección de Delegados al IV Congreso Nacional del Polo Democrático.

Su decisión, contribuira a que al interior de éste partido, se asuma la propuesta de su presidenta Clara López Obregón de apoyar los diálogos para la terminación del conflicto armado, entre el gobierno y la guerrilla de las FARC, como elemento fundamental para iniciar con la sociedad civil la tarea de encontrar los caminos que nos lleven a alcanzar la tan anhelada paz con democracia y justicia social.

La política de alianzas con otros sectores de izquierda, sociales, alternativos y demócratas, será primordial en la conformación de una gran convergencia política y social que nos lleve a constituir un frente unitario por la paz de Colombia, capaz de apostarle a obtener espacios de gobernabilidad local y regional que aseguren en un mediano plazo la obtención de la presidencia de la república.

Con la elección de delegados al Congreso Nacional del Polo ganó Clara López en su intención por aceptar ser la alcaldesa de la capital del país. Ganó Jorge Robledo por que se perfila como candidato presidencial con serias opciones de ganar. Gana Colombia y en el Valle del Cauca gana Cali, las regiones y los municipios que tendrán representantes auténticos de sus intereses colectivos.

Nuestro aporte es el concurso de sectores organizados que con 1847 votantes permitieron la elección de tres delegados empeñados en defender el Ideario de Unidad que dio origen a la creación del Polo Democrático Alternativo.

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Agricultura Campesina para la Soberanía Alimentaria

Por Diego Montón

La III Conferencia Internacional de Vía Campesina, realizada en Brasilia, aprobó la “Carta de los Derechos de las Campesinas y Campesinos”, fue el cambio de etapa en un proceso que comenzó junto al siglo XXI, con la expectativa de construir una Convención Internacional de los Derechos Campesinos, en el marco de la feroz ofensiva neoliberal que azotaba al mundo entero.  La V Conferencia, llevada a cabo en Maputo, África, en el año 2008, ratificó la misma y avanzó en definir los mecanismos para interactuar en la Organización de Naciones Unidas (ONU).

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En la lucha por la tierra, las organizaciones campesinas hemos sido perseguidas y criminalizadas, y cientos de dirigentes encarcelados y asesinados.  Las organizaciones campesinas resistimos la globalización neoliberal con acciones de masas, pacíficas, pero contundentes, frenando desalojos, realizando ocupaciones de tierras improductivas y latifundios, movilizando en las calles, ocupando edificios públicos para ser escuchados, siempre abiertos al diálogo para la construcción de alternativas, pero con la claridad de que la tierra no se negocia. Desde el BM, la FAO y la OMC se lanzaron conclusiones que pretendían responsabilizar del hambre al “atraso tecnológico” y la escala de los campesinos y enunciaron “El Fin del Campesinado”, como complemento del “Fin de la Historia” de Fukuyama.  La propuesta del capital para la agricultura fue la revolución verde en su versión transgénica.

Hoy, ya con más de tres años de discusión formal en el ámbito del Consejo de Derechos Humanos de la ONU se consolida el proceso hacia una “Declaración de los derechos de los campesinos y otras personas que trabajan en el medio rural”, que apunta a lograr una Declaración en Naciones Unidas y construir una Convención Internacional de los Derechos Campesinos, para ampliar y jerarquizar derechos existentes y consolidar nuevos derechos.  Un camino que ya recorrieron los pueblos indígenas y en forma similar las organizaciones de las y los trabajadores.  Si bien la caracterización teórica de los sujetos a veces puede superponer a indígenas, trabajadores o campesinos, existen en la actualidad innumerables situaciones que mantienen vacíos de jurisprudencia en cuanto al respeto de derechos humanos según la cultura y la identidad.

El derecho a la tierra, por ejemplo, puede ser un aspecto determinante para el desarrollo de la vida y de muchos otros derechos.  Así, una campesina, que se siente parte/hija de la tierra y la naturaleza, al ser despojada de la misma pierde parte de su ser, además de su lugar de estar, queda incompleta, con su identidad herida.  Tanto las observaciones generales de los DESC (derechos económicos, sociales y culturales) como las recientes Directrices Voluntarias de la Tierra que aprobó la FAO, van en ese sentido, sin embargo, al ser solo orientaciones, los estados no están obligados a cumplirlas.  El poder judicial, generalmente relacionado al poder económico, desconoce todos esos instrumentos.

En la actualidad, las campesinas y campesinos estamos expuestos a violaciones sistémicas de nuestros derechos.  El capital financiero de la mano de empresas transnacionales, desató una gran ofensiva para subordinar los bienes naturales, la tierra y la agricultura, a los intereses de la banca internacional, destruyendo mercados locales, desalojando campesinos, desmontando millones de hectáreas de bosques, provocando desplazados y migrantes, y desatando la mayor crisis alimentaria de la historia de la humanidad.  La mercantilización de los alimentos y la concentración del sector agroalimentario permiten a los grupos corporativos manipular los precios y regular el abastecimiento de alimentos en los mercados, ocasionando, en muchos casos, que esos intereses condicionen y presionen a los gobiernos lesionando seriamente las democracias.

En 2012, el gobierno de Bolivia, bajo la presidencia de Evo Morales, quien participó de los inicios de la CLOC Vía Campesina, asumió el desafío, presentando el “Proyecto de declaración de los derechos campesinos y otras personas que trabajan en las zonas rurales” en el Consejo de Derechos Humanos, logrando una resolución que dio inicio a un proceso formal y la creación un “Grupo de Trabajo” (GT). En 2014, una nueva resolución del Consejo, patrocinada por 11 gobiernos, entre ellos Bolivia, Cuba, Ecuador, Argentina, Filipinas, Sudáfrica, ratificó la necesidad de esta declaración.  En febrero de 2015, el GT presentó un nuevo proyecto.  En el preámbulo establece: “Reconociendo la contribución pasada, presente y futura de los campesinos para la conservación y mejora de la biodiversidad y para asegurar la soberanía alimentaria, fundamentales para el logro de los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente (…). Reconociendo que, con el fin de garantizar la soberanía alimentaria de los pueblos, es fundamental respetar, proteger y promover los derechos reconocidos en esta Declaración (…)”

En su articulado, ratifica los derechos que ya existen en otras declaraciones, como por ejemplo el derecho a la vida, al trabajo digno, a la salud, y se explicitan nuevos derechos para los campesinos y obligaciones de los estados al respecto.  Entre ellos, el derecho a la tierra, a la propiedad colectiva, a las semillas, a los medios de producción, al acceso a los mercados y precios justos, al agua de consumo y producción, al uso y gestión de los bienes naturales, y a no ser afectados por agrotóxicos y transgénicos. El director de la FAO, Graziano Da Silva, también avaló la necesidad de una declaración de los Derechos campesinos, mediante una video conferencia en una de las consultas del GT, en las cuales explicó el rol estratégico de la agricultura campesina en la lucha contra el hambre. En el camino, se fueron sumando aliados importantes como la UITA (Unión Internacional de Trabajadores Agrícolas), CITI (Consejo Internacional de Tratados Indios), WAMIP (La Alianza mundial de pueblos indígenas nómadas), WFFP (Foro Mundial de Pueblos Pescadores), FIMARC (Federación Internacional de Adultos Rurales Católicos), junto a ONGs como FIAN, CETIM, CELS, que acompañan el proceso.

De esta manera ya no es solo una propuesta de la Vía Campesina, sino una demanda de un gran arco de organizaciones populares de productores de alimentos. Si bien hay resistencia de quienes defienden los intereses de las corporaciones, el proceso cuenta con el apoyo del Grupo América Latina y el Caribe (GRULAC) y del G77 más China, por lo que el debate en adelante se va a centrar en su contenido, dado que ya se dio por sentado la necesidad de la Declaración. Es por esto que concentraremos la presión y negociación en elementos estratégicos como el derecho a la tierra, la función social de la tierra, y la necesidad de profundas reformas agrarias como obligaciones de los estados así como la definición del sujeto de la declaración, la necesidad de garantizar la vida digna en el campo, en cuanto a servicios, salud, educación etc…

La actual crisis geopolítica, en la cual EE.UU.  va perdiendo paulatinamente la hegemonía global, ha permitido un mayor diálogo para la Gobernanza internacional, así como la disputa de sentidos y acuerdos respecto a las soluciones a la crisis alimentaria y climática.  Sin embargo, para la Vía Campesina, es claro que mientras las instituciones y las economías nacionales o regionales estén controladas en mayor medida por la burguesía, el plan de acción de movimiento popular continuará requiriendo de la lucha activa y frontal contra las corporaciones y el capital financiero, siendo la principal herramienta de los pueblos la acción directa, la organización y la lucha de masas.  Esta Declaración será un importante aporte en este sentido, en un momento histórico de América Latina, donde es estratégica la defensa de los procesos populares, democráticos y los derechos conquistados, y eso solo es posible profundizando las transformaciones.

* Texto publicado en la revista América Latina en Movimiento No. 502 de marzo de 2015, sobre el tema «Agricultura Campesina para la Soberanía Alimentaria» – http://www.alainet.org/es/revistas/168312

La última lección de Carlos Gaviria Díaz

Mire Lea lamenta el sensible fallecimiento del maestro Carlos Gavira Diaz y reproduce una publicación de Vanguardia Liberal de su última intervención pública.

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El pasado 11 de marzo de 2015, el expresidente de la Corte Constitucional Carlos Gaviria Díaz dio su última lección pública a profesores del Gimnasio Moderno en Bogotá. Se trató de una reflexión titulada “Educar para la democracia”. La conferencia que está disponible en la red Vimeo (https://vimeo.com/122013684) del Gimnasio Moderno inicia con una excusa de parte de Gaviria hacia su público porque su voz no estaba en perfectas condiciones debido a una enfermedad.

“Me excuso porque no he superado totalmente un incidente de bronconeumonía y mi voz está muy precaria. Incluso tengo que transgredir un hábito, me gusta hablar de pie paseándome, pero hoy debo hacerlo con esta limitación”, aseguró el jurista. El exmagistrado y excandidato presidencial confiesa allí –o reitera mejor- su gusto por la filosofía liberal y laica que inspiró el Gimnasio Moderno, advirtiendo que lo “liberal actualmente” ha tomado otras definiciones.

“Hay que hacer algunas precisiones. Cuando uno habla de liberal en este momento lo miran mal. El liberalismo tiene un sentido muy noble y es la libertad de pensamiento, el respeto por la opinión ajena, etc. Otra cosa es que el medio donde puede florecer una sociedad de esa naturaleza no puede ser la de mercado, que es la que estamos viviendo. Yo profeso el liberalismo en sentido ideológico y he pugnado siempre en mi pensamiento y en mi accionar por una sociedad donde ese privilegio no lo sea, sino sea un derecho de todo el mundo”, señaló.

“El reto es construir el sujeto de la democracia”

En conferencia que duró una hora y 25 minutos, Gaviria expuso que se debe construir el sujeto de la democracia para que no sea un pueblo, entendido como una masa amorfa, manipulable. “El reto es construir el sujeto de la democracia, no como una masa amorfa sino como una comunidad conviviente y dialogante y para eso es necesario tener ilustración y la ilustración no es especializada”, dijo al estimar que la tarea de la universidad no es la de formar profesionales sino “formar buenos ciudadanos, buenas personas para la convivencia”.

Gaviria señaló que en Colombia no se sabe tener contradicciones pues “el que no está conmigo, es mi enemigo” e indicó que esa filosofía fascista no es educar para la democracia. Gaviria indicó que no es posible que haya democracia funcional aplicable a una masa amorfa y manipulable, sino que la democracia se debe construir desde el pueblo como una comunidad pensante. En ese sentido, dijo que cuando se es de verdad un demócrata no se puede manipular a la opinión haciéndole pensar que si tiene capacidad para decidir sobre ciertas materias cuando en realidad no entiende sobre el tema.

En ese sentido, criticó el referendo que el presidente Álvaro Uribe Vélez hizo en su Gobierno por las preguntas que este contenía, al decir que no eran claras y tenían informaciones que no eran entendibles para todos los ciudadanos. De hecho, recordó un caso de una señora que se demoró 48 minutos en el cubículo y que dijo en su momento a medios que leyó todas las preguntas y que solo respondió la única que entendió.

“Colombia no es una democracia”

El ex magistrado indicó que Colombia no es una democracia, sino una “una sociedad que tiene vocación democrática”. Gaviria dice que hay que ser realistas y que el pueblo colombiano no está realmente preparado para decidir conscientemente. “Hay que ser realista. No estoy execrando a la sociedad colombiana sino que la estoy situándola donde debe estar: es una democracia por construir, es una democracia germinal y para construir esa democracia el primer ingrediente es la educación”, precisó.

A propósito del “¿usted no sabe quién soy yo?”, Gaviria dijo que esto evidencia que Colombia no es una democracia pues en una sociedad democrática, se habla de derechos y no de privilegios. “Sabemos que aquí al ciudadano corriente lo tratan mal que el que no quiere ser tratado así, trata de insertarse en uno de los grupos de poder, de apellido, para que no lo traten como cualquiera, cuando en una democracia lo bello es ‘tráteme como a cualquiera”, apuntó.

Incluso se refirió al “vergonzoso episodio que vive la Justicia (…) de magistrados que obran en función de intereses privados” en el país, para decir que el compromiso de las facultades de derecho debe ser humanístico y no en función de intereses privados. Así, dijo que “las humanidades son la esencia de la Universidad”.

La ética

“Mi pasión es la ética y me gusta la ética porque ahí hay un elemento de tener que decidir”, dijo Gaviria al contar que fue su profesor de geometría en el bachillerato el que le despertó esa pasión pues siempre tenía una nueva manera de explicar un teorema por ejemplo, porque se preocupaba porque todos y cada uno de sus estudiantes entendieran su lección, por su ecuanimidad. “A uno le provocaba imitar a ese señor”, dijo y luego citó a Ludwig Wittgenstein para decir: “La ética no se dice, la ética se muestra”.