Por: Alexander Escobar / Red de Medios Alternativos y Populares Valle
Por: Alexander Escobar / Red de Medios Alternativos y Populares Valle
César A. Luque F.
El profesor fue desaparecido el pasado 13 de febrero en el municipio de Bolívar (Valle del Cauca) al medio día.
Su cadáver fue encontrado en la noche del mismo día.
Precisamente ese día la Unidad Nacional de Protección (UNP) se había reunido con dirigentes sindicales a fin de recibir las denuncias sobre la desprotección a varios dirigentes de esa región del país. El profesor García Morera quien había vivido por años en Florida, es el tercer sindicalista asesinado este año, todos en el Valle del Cauca, lo que debe disparar las alarmas sobre lo que está pasando allí, más cuando a finales del año 2012 grupos paramilitares amenazaron a varios dirigentes sindicales, empezando por directivos de la CUT Valle del Cauca.
Rubén Darío Sánchez presidirá la Liga Vallecaucana de Ajedrez
En Asamblea electiva, convocada de manera extraordinaria mediante Resolución No. 022 del 8 de Febrero de 2013, firmada por el gerente de INDERVALLE, Luis Fernando Martínez Arce, los clubes deportivos afiliados a la Liga Vallecaucana de Ajedrez, en pleno ejercicio de sus derechos, se reunieron en las instalaciones de la Liga ubicadas en la Unidad Deportiva Panamericana, Jaime Aparicio, con el fin de elegir los órganos de Administración, Control y Disciplinario.
A la Asamblea asistieron en representación de INDERVALLE, la secretaria general Zoraida Castillo Cardozo, la abogada del departamento jurídico del ente deportivo, Ángela Mosquera, el asesor jurídico de la Liga de Ajedrez, Ítalo Pierre Bonnis, deportistas, jueces, entrenadores, padres de familia y los representantes legales y delegados de los clubes deportivos municipales de Cali, Cartago, Tuluá, Palmira, Jamundí y Florida habilitados para votar en la elección.
En el Órgano de Administración fueron elegidos Martha Isabel Mateus, Adriana Jojoa, Rubén Darío Sánchez, Víctor Ramos y Roberth Martínez, los cuales completaran el periodo estatutario 2012-2016. Con base a lo establecido en el artículo 41 de los estatutos de la Liga Vallecaucana de Ajedrez los dignatarios eligieron entre sí a quienes ejercerán los diferentes cargos así:
Presidente: Rubén Darío Sánchez Alvis
Vicepresidente: Víctor Ramos
Secretaria: Martha Isabel Mateus
Tesorero: Roberth Martínez
Vocal: Adriana Jojoa
Las contadoras públicas tituladas Ana María Gonzales Casallas y Diana Patricia Gómez, fueron elegidas Revisoras fiscal y suplente, respectivamente, del Órgano de Control.
Finalmente en la Comisión Disciplinaria resultaron elegidos por la Asamblea, Ítalo Pierre Bonnis Víctor Saavedra y Fernando Velasco elegido por el Órgano de Administración.
Por: Héctor Abad Faciolince
Hagamos un repaso: en el año 2003, durante el primer período del presidente Uribe, 30.000 miembros de la organización terrorista AUC se desmovilizaron y sus líderes empezaron a dialogar con el gobierno en Santa Fe de Ralito.
Allí se negoció durante casi tres años, y en ese proceso de paz, que terminó en el año 2006, hubo amplios beneficios penales para más de 30.000 combatientes, entre quienes había no solamente paramilitares sino también narcotraficantes que se acogieron al paraguas de la Ley de Justicia y Paz. Catorce líderes de las AUC fueron extraditados a Estados Unidos en mayo de 2008, acusados de seguir delinquiendo desde las cárceles. De los otros miles de terroristas, la gran mayoría están libres; algunos se han acogido a la legalidad; otros han vuelto a los negocios del narcotráfico o a integrar bandas neo paramilitares hoy conocidas como BACRIM.
Si el objetivo de una negociación de paz es disminuir los niveles de violencia de un país desangrado, puede decirse que el proceso de paz con los paramilitares fue exitoso. A pesar de la vergonzosa impunidad de la que disfruta la inmensa mayoría de los antiguos paramilitares, su desmovilización ha disminuido en gran medida las cifras de homicidios, masacres y desplazamiento de la población civil. Estas mismas cifras demuestran que los paramilitares eran quienes más asesinatos cometían en Colombia. Los otros grandes campeones del asesinato, los secuestros y las masacres son las guerrillas, y de ellas me ocuparé más abajo.
Durante las conversaciones de paz con los paramilitares ocurrieron, entre otras, dos masacres cometidas cerca de San José de Apartadó: La Resbalosa y Mulatos. No me voy a ocupar de los adultos asesinados en estas masacres. En gracia de la discusión voy a admitir que todos los adultos asesinados allí eran aliados de las FARC, tal como sostuvieron en su momento el presidente Uribe, el vicepresidente Santos, y tres propagandistas del régimen: Plinio Apuleyo Mendoza, Fernando Londoño Hoyos y José Obdulio Gaviria. Pero en esas masacres hubo tres niños (uno de 11 años, Andrés Guerra, una de cinco, Natalia Bolívar, y uno de 18 meses, Santiago Bolívar) a quienes no se puede acusar de haber sido guerrilleros. Los dos últimos fueron degollados con machete.
La justicia ha establecido en varias ocasiones (basada en confesiones de paramilitares y también de miembros del Ejército que se han acogido a sentencia anticipada) que esa masacre la cometieron —en colaboración— el bloque paramilitar Héroes de Tolavá, de la mano con oficiales y soldados del Ejército. El asesinato de estos tres niños lo cometieron los paramilitares durante las conversaciones de Ralito. Pese a esto, el Gobierno no se levantó de la mesa y siguió adelante con el proceso de paz con los terroristas de las AUC. Se calcula que entre el 2003 y el 2006 los paramilitares alcanzaron a cometer más de mil asesinatos. Y las conversaciones no se interrumpieron. Los paramilitares siguieron traficando con drogas, pero la mesa tampoco se levantó.
Hoy el expresidente Uribe le exige al Gobierno que suspenda las negociaciones de paz con las FARC porque éstas han matado y secuestrado policías, porque dinamitaron una escuela construida por el Ejército y por otros actos terroristas en los que han muerto civiles e integrantes de la Fuerza Pública. Sin duda esos crímenes de las FARC son atroces y son execrables. Pero los crímenes cometidos durante el proceso de paz con los paramilitares fueron iguales o incluso más atroces. Y los mismos que quisieron hacer ver la masacre de tres niños como un ajusticiamiento de guerrilleros (Uribe, Pacho Santos, Londoño, José Obdulio), exigen que el Gobierno se levante de la mesa en La Habana. El doble rasero moral es evidente. Si el objetivo de un proceso de paz es disminuir los niveles de violencia, así como en el proceso de paz con los terroristas paramilitares hubo muy poca justicia a cambio de paz, lo mismo debe ofrecerse a los terroristas de las FARC.
Por: Dharmadeva
Las “ocho propuestas mínimas para el ordenamiento y uso territorial” que plantean las Farc en los diálogos de paz no deberían ser desestimadas por venir de quienes vienen.
De cualquier modo señalan aspectos básicos que, si desconocemos como nación y como integrantes del planeta, pasarán a archivarse y conducirán a que no tengamos ni paz, ni tierra en donde disfrutarla.
No hay nada más peligroso que tarascazo de burro cargado de razón, decía Juan de Mairena, el divertido y sabio álter ego de Machado. Y es cierto, pues en este caso, aunque los pacifistas aborrezcamos el uso de las armas y la codicia torpe de capos trasvertidos en grandes comandantes o viceversa, las consideraciones de las Farc son razonables en principio. Plantear la urgencia de un reordenamiento territorial en el que las prioridades sean el agua y la protección de sus fuentes, la seguridad alimentaria, la delimitación de la frontera agrícola y la disminución de la ganadería extensiva, es de sentido común en cualquier parte del globo y bajo cualquier ideología.
Y parece que la guerrilla ha comprendido, después de sus intentos de crianza de ganado en tierras de los Llanos, que la ganadería extensiva es un desastre, un modelo obsoleto y atávico heredado de la colonización antioqueña que ha convertido en mangas las opulentas selvas y talado los bordes de los ríos arrasando a su paso las cuencas fuentes de agua. En Colombia las guerras han involucrado al territorio (y todavía ni siquiera hemos tenido en consideración a una de sus protagonistas: el agua). Y en las últimas décadas las tierras han pasado a manos de unos grandes señores con ejército propio, que en la consolidación de la tenencia espuria produjeron más de cuatro millones de desplazados y medio millón de refugiados que aún trashuman por las calles y por los países vecinos.
Las Farc, y ese es uno de los meollos de la guerra, también han mantenido su feudo con las armas. Si ahora están dispuestas a salirse del eterno círculo, habría que oír qué tienen que decir a este respecto. Es sustancial la reflexión sobre el punto que sugiere: “… derogar la Resolución 0045 de junio de 2012, por medio de la cual se declaran como áreas estratégicas para la gran minería una importante parte de la región amazónica y un alto porcentaje de zonas de tradición y vocación agrícola”. Todos sabemos que estas reservas biodiversas del planeta no aguantarían el embate de la gran minería depredadora. Si estos dirigentes de las Farc que conocen la manigua refrendan la advertencia, hay que oír con cuidado.
Después de todo, también son colombianos, y la historia los ha puesto a vivir una experiencia que bien utilizada le puede ser muy útil al país una vez pasado el proceso, doloroso y complejo, de reparar los daños e incorporarse al cauce de unas futuras elecciones democráticas.