QUE ES LA INDECENCIA ?

INDECENTE,  es que el salario mínimo de un trabajador sea de $535.000/mes y el de un Congresista de $33.996.000, pudiendo llegar, con dietas y otras prebendas, a  $38.500.000 /mes.
INDECENTE, es que un profesor, un maestro, un catedrático de universidad o un cirujano de Salud Pública, ganen menos que el concejal de un municipio de tercera.
INDECENTE, es que los políticos se suban sus retribuciones en el porcentaje que les apetezca (siempre por unanimidad, por supuesto y, al inicio de la legislatura).
INDECENTE, es que un ciudadano tenga que cotizar 35 años y tener 62 para percibir una Pensión y a los diputados les baste  sólo con siete, y que los miembros del gobierno, para cobrar la pensión máxima, sólo necesiten  jurar el cargo.
INDECENTE, es que los Congresistas sean los únicos trabajadores (¿?) de este país  que están exentos de tributar un tercio de su sueldo.
INDECENTE, es colocar en la Administración a miles de «Asesores» y «Suplentes» (léase amigotes  con sueldos que ya desearían los técnicos más calificados.)
INDECENTE, es el  ingente dinero destinado a sostener a los partidos, aprobados    por los  mismos políticos que viven de ellos.
INDECENTE, es que a un político no se le exija superar una mínima prueba de  capacidad para  ejercer su cargo. (Ni cultural, ni intelectual.) Sólo basta estar en la Bancada Mayoritaria y patrocinado por dineros sucios!
INDECENTE, es el costo que representa para los ciudadanos sus viáticos, viajes  (siempre en primera clase), comidas, comunicaciones, guardaespaldas, escoltas  carros último modelo blindados, tarjetas de crédito etc. etc. y, se le niegue a la clase trabajadora un aumento digno en el Salario Mínimo.
INDECENTE No es que no se congelen el sueldo sus señorías, sino que no se lo  bajen y por el contrario se están inventando Proyectos de Ley, para aumentar sus pensiones y sus jugosas Prebendas.
INDECENTE, es que  sus señorías tengan seis meses de vacaciones al año.
INDECENTE, es que ministros,  secretarios de estado y altos cargos de la política,  cuando cesan, son los únicos ciudadanos de este país que pueden legalmente  percibir dos salarios del TESORO PÚBLICO.
INDECENTE, es que el dinero de las  REGALIAS, que está destinado al desarrollo de las regiones y clases menos favorecidas, se quede en las manos  de  Gobernadores y Alcaldes corrompidos y todos sus carga ladrillos que tienen de secuaces.
Y que sea cuál sea el color del gobierno, toooooodos los políticos se benefician  de este moderno «derecho de pernada» mientras no se cambien las leyes que los  regulan. ¿Y quiénes las cambiarán? ¿Ellos mismos? Já.! Ja..! 
Pero……..lo peor de todo…… es que seguimos votando por ellos!
ésta  sí debería ser una de esas cadenas que no se debe romper, porque sólo  nosotros podemos ponerle remedio a esto, y ésta, sí que traerá años de  mala suerte si no ponemos remedio… está en juego nuestro futuro y el de nuestros hijos.

LAS RODILLERAS DE ANGELINO GARZÓN

Por: Red Colombiana de Acción Frente al Libre Comercio, Recalca  

El gobierno colombiano desde el año pasado anunció la visita del vicepresidente Angelino Garzón, a Washington para presionar la aprobación del TLC y la prórroga del ATPDEA. El gobierno de Santos pretender convencer al gobierno de EEUU de que como el TLC beneficia a ese país, al no ratificarlo pierde una magnífica oportunidad de negocios. El viaje de Garzón –que incluyó una nutrida delegación y reuniones de alto nivel, inclusive con el vicepresidente Joe Biden y la secretaria de Estado Hilary Clinton, había sido largamente anunciado, dentro de la  estrategia  gubernamental de usar la figura de Angelino para debilitar la oposición de los sindicatos y organizaciones de derechos humanos de EEUU al TLC. El ex vicepresidente Francisco Santos le recomendó a Garzón “aliste las rodilleras porque allá lo van a maltratar” y añadió “obviamente yo tengo peladas las rodillas”.

Finalmente, el viaje  se efectuó la última semana de enero y a  pesar del triste papel que significó visitar a la potencia del norte para defender los intereses de Estados Unidos y no los de Colombia, la respuesta gringa fue básicamente un nuevo portazo en la cara. Las organizaciones de derechos humanos y laborales denunciaron que la situación en este campo sigue siendo lamentable y que predomina  la impunidad.  El más reciente informe de Human Rights Watch ratificó que Colombia es el país más peligroso del mundo para el ejercicio de la libertad sindical por lo que recomendó no ratificar el TLC. También se escucharon denuncias sobre la previsible ruina de la pequeña y mediana producción campesina, que terminaría optando por los cultivos ilícitos, a raíz de la implementación del TLC.

Para completar los infortunios de Angelino, el presidente Obama en su discurso sobre el estado de la unión, prácticamente cuestionó que el TLC beneficiara a trabajadoras y  trabajadores estadounidenses y promoviera empleos en Estados Unidos, e insinuó que eso sólo era posible haciéndoles modificaciones a los con Panamá y Colombia. La forma cómo abordó este tema, ligado al problema del empleo en Estados Unidos, evidencian que su preocupación va más allá de la situación de derechos humanos en el país, y se refiere al texto mismo del tratado.  Esto fue ratificado por Hilary Clinton quien en rueda de prensa con Garzón dijo que el TLC será enviado al Congreso “Cuando tengamos un texto acordado…. No está todavía en la forma de acuerdo que hemos estado discutiendo con nuestra contraparte colombiana”.

La reacción del partido republicano y de los defensores del TLC en Colombia, prueban que el mensaje de Obama fue que el TLC seguirá congelado. Los republicanos se quejaron de que Obama no anunció un cronograma para su aprobación y la prensa tomó nota de que anunció visitas a El Salvador, Brasil y Chile e ignoró a Colombia, aliada estratégica de Washington, según el gobierno colombiano. Dado que Washington está dando prioridad al TLC con Corea, es previsible que en este semestre no se tramite el de Colombia, por maltratadas que queden las rodillas de Angelino. Sin embargo, el gobierno de Santos está haciendo una ofensiva para la ratificación del los tratados que firmó Uribe y el movimiento popular debe estar alerta sobre ellos.

 

Ojo con los alimentos

Por: Carlos Tobar / Diario del Huila

Durante los últimos dos meses se ha venido presentando un alza significativa en los precios de los alimentos. Tanto los de abastecimiento interno (frutas y verduras), como los importados (trigo, maíz). Es tan importante el impacto que el dato de inflación de diciembre desbordó los cálculos del gobierno, obligándolo a modificar a las volandas el pírrico aumento del salario mínimo cuyo porcentaje inicial fue superado por la inflación acumulada anual. El tema de los precios y el abastecimiento de alimentos tan sensible para los ciudadanos, ha tomado visos de preocupación no solo en analistas internos sino internacionales. Los desórdenes climáticos que han afectado a nuestro país y a otras regiones importantes del mundo, empiezan a afectar, de manera sensible, la producción de alimentos vitales en la dieta alimentaria mundial, creando alta volatilidad en los precios de los mismos.

La FAO, organismo de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, desde septiembre del año pasado llamaba la atención sobre el incremento desmesurado de los precios (carne roja 18%, cereales 39%, aceites 56%, azúcares 55%), así como la disminución de los inventarios en algunos de ellos. Es tanta la preocupación de este organismo que en el informe de diciembre señalaba que “Los últimos episodios de volatilidad extrema de los precios en los mercados agrícolas presagian mayores y más frecuentes amenazas a la seguridad alimentaria mundial.” Lo triste del asunto para los colombianos es que siendo el país un productor potencial de alimentos –solo usamos una cuarta parte de la tierra cultivable–, las políticas agrarias antinacionales y proterrateniente, tienen desmantelado el aparato productivo del campo. Las políticas de apertura económica indiscriminada llevó en 15 años que pasáramos de importar 600.000 toneladas de alimentos a cerca de 10 millones hoy, la mayor parte alimentos que podemos producir internamente en buenas condiciones de productividad y precio; y la política de privilegios y permisividad al poder terrateniente, incluido el narcopropietario, ha llevado a la perpetuación de relaciones económicas atrasadas que impiden el uso productivo de la mayor parte de la tierra.

Poner a depender buena parte del abastecimiento alimentario de los colombianos de productos importados es supremamente riesgoso, y, a la larga, costoso. No solo por la escasez física de los productos, sino porque en medio de la crisis financiera mundial los precios de los “commodities” –especialmente alimentos no vinculados a la producción de energía–, han venido siendo “financializados”, cayendo en las redes de especuladores financieros que alteran artificialmente los precios con el fin de crear ganancias virtuales en la ruleta financiera mundial.

Si sumamos los riesgos internos y externos el futuro de la seguridad alimentaria nacional está en serio peligro.

Desastre anunciado y oportunidad neoliberal

Por: Jorge Enrique Robledo

Es cierto que los damnificados por el desastre invernal deben ser urgente y seriamente respaldados por el Estado, cosa que no ha sucedido. Pero que ese apoyo se necesite – sin clientelismo y en grande porque son muchos los que se hallan sufriendo lo indecible– no autoriza al gobierno de Juan Manuel Santos a hacer lo que se le antoje y menos a silenciar los puntos de vista diferentes a los del santo-uribismo, tras un unanimismo peor que el promovido por Álvaro Uribe.

En Colombia más que desastres naturales lo que hay son desastres sociales, porque su causa principal –antes que la acción de la naturaleza, que naturalmente se comporta con más o menos fuerza– son las determinaciones económicas y políticas que afectan a la sociedad. Esto se comprueba fácilmente. Salvo casos raros, estos desastres solo afectan a los más pobres. ¿Alguien ha visto un barrio que no sea popular inundado o derrumbado? ¿Esos colombianos viven en riesgo porque quieren?

En cuanto a las causas ambientales de los desastres, todavía son más sociales –económicas y políticas– que naturales. La primera causa de las inundaciones es la deforestación, que elimina la vegetación capaz de retener la cantidad de agua lluvia necesaria, por lo que esta se precipita en torrentes sobre los ríos. Para montar haciendas, se han destruido los sistemas de ciénagas que servían como áreas de amortiguamiento de los mayores caudales de los ríos. Y millones de compatriotas viven en zonas de alto riesgo y en construcciones que no cumplen con adecuadas normas de diseño.

Resulta ser, entonces, una exageración, que implica faltar a la verdad, afirmar que se está ante un desastre sorpresivo. De acuerdo con Max Enríquez, en los últimos cincuenta años los desastres hidrometereológicos han provocado cuatro millones de damnificados, 15 mil muertos, 400 mil viviendas destruidas o seriamente averiadas y entre dos y medio y tres millones de hectáreas de cultivos arrasadas. Agrega que el Canal del Dique se rompió en el invierno de 1983 –¡hace 27 años!– y que “las inundaciones generales en la Costa Caribe de 1988 fueron épicas, como las de 1995, 1999, 2005 y 2008”. ¿Cuántas décadas van desde que, cada año, como en una pesadilla, se inundan La Virginia y La Mojana y las riberas del Sinú y el San Jorge?

Además, desde junio de 2010, y cada mes, el Ideam le fue advirtiendo al gobierno que el invierno coincidiría con el fenómeno de La Niña y que superaría los registros históricos. Para agosto –¡agosto!–, como lo constató en persona Juan Manuel Santos, La Mojana ya se había inundado, y faltaba un trimestre para llegar a su máximo la temporada invernal. El 20 de mayo de 2009 –¡de 2009!– se levantó un acta entre el Invías y las organizaciones agropecuarias del sur del Atlántico en la que se le solicitó al gobierno que reforzara el Canal del Dique porque podía reventarse. El 30 de agosto pasado el periódico La Libertad de Barranquilla tituló: “Amenaza el Dique: si se desborda es responsabilidad de Mintransporte e Invías: Habitantes del cono sur del Atlántico” (http://moir.org.co/IMG/pdf/003.pdf). Y el 30 de noviembre el Dique se rompió, provocando la inundación de 40 mil hectáreas, sin que nadie del gobierno nacional hubiera movido un dedo para impedirlo. Con estos gobiernos, lo sorprendente es que los desastres no sean mayores.

El gobierno se aprovecha del desastre y la Emergencia Económica para dos maniobras: autoabsolverse por su negligencia con el cuento de que lo sorprendió el invierno y decidir por decreto, pasándose por la faja el Congreso, en asuntos para los que ni siquiera lo autoriza la Emergencia y que Santos pretendía desde antes del desastre. Se sabe que el Presidente anda tras la privatización de Ecopetrol desde hace rato y con cualquier pretexto y, si el gobierno quisiera, habría tiempo de sobra para que el Congreso legislara al respecto. Convertir a las CAR en aparatos de bolsillo del Presidente, violando la autonomía que les concede la Constitución, es una vieja aspiración neoliberal que intentó Álvaro Uribe y que tiene como objetivo mejorarles los negocios a la gran minería y a otros monopolios. Y que lo haga parapetado en una falsa lucha contra la politiquería tampoco constituye una novedad.

Estas astucias contrarias a la legalidad y a lo democrático, al igual que nombrar a un banquero como jefe de la reconstrucción y con una junta directiva de hombres de negocios, explican a qué se refiere Santos cuando repite y repite que el desastre debe verse como “una oportunidad”.

Falleció Raúl Arroyave Arango

En la mañana de hoy lunes 26 de enero, en la clínica Cardio Infantil de Bogotá, ocurrió el deceso de nuestro compañero Raúl Arroyave Arango. Raúl se desempeñaba como secretario de Asuntos Internacionales de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, integrante del Comité Ejecutivo de la Confederación Sindical de América, CSA, miembro de la Dirección Nacional del Polo Democrático Alternativo, PDA y secretario del Trabajo Sindical en la Dirección Nacional de nuestra tendencia, el MOIR.

Nacido en Carolina del Príncipe, Antioquia, en 1953. Desde 1974 se vinculó como docente en Puerto Berrío. Ingresó tempranamente a las filas de nuestra organización después de participar en las actividades de campaña de la Unión Nacional de Oposición, UNO, y desde entonces inició su largo camino de formación y lucha que lo condujeron a enarbolar con sobrada consecuencia las banderas reivindicativas del magisterio colombiano y a reclamar una educación nacional, científica y al servicio de las masas. Abrazó con entereza y con optimismo la empresa de transformar a Colombia en una nación soberana y sin desigualdades; a ello dedicó sin reservas su vida hasta convertirse en reconocido dirigente del magisterio, del sindicalismo y de la izquierda democrática.

Después de ser despedido del magisterio en Berrío en 1976, se vinculó al trabajo político en el departamento de Cesar, allí logró nueva vinculación como maestro en el municipio de Codazzi y reinició su relevante carrera sindical. Presidió durante varios años el sindicato de los maestros, Aducesar, fue electo a la Asamblea Departamental en 1994, escenario en el que adelantó resonantes debates contra el saqueo del carbón por parte de la multinacional Drummond. Raúl se compenetró con las luchas, las costumbres y el folklor del pueblo cesarense y guajiro.

En 1997 se reintegró nuevamente al magisterio y fue elegido para formar parte del Comité Ejecutivo de la Federación Colombiana de Educadores, Fecode y, en 2008, al Comité Ejecutivo Nacional de la CUT. En las elecciones de 2010, Raúl obtuvo la segunda votación del Polo al Parlamento Andino, más de cien mil votos, en representación de varias de las tendencias de esta organización. En sus dos años como integrante del Comité Ejecutivo de la CUT, desplegó con tenacidad la denuncia internacional contra los tratados de libre comercio con Estados Unidos y la Unión Europea y la explotación del trabajo y el saqueo que el imperialismo comete contra nuestro país con la complicidad de la oligarquía lacaya.

Rendimos homenaje a este ejemplar dirigente revolucionario, nos unimos al dolor de su entrañable compañera Ruby Toro, de sus hijos Lorena, Leslie, Lauren y Sebastián e invitamos a todos los seguidores del Polo Democrático Alternativo y a los militantes del sindicalismo colombiano a empuñar con la fuerza y el entusiasmo que caracterizó a Raúl, las banderas por la soberanía y la democracia de Colombia.

Las honras fúnebres se llevaran a cabo así: desde las 2:00 PM hasta las 6:00 PM en el Auditorio de Fecode y a partir de las 7:00 PM en la Sede Nacional del MOIR, calle 39 No 21-30, teléfono 2459647, de Bogotá. A las 1:00 PM del jueves será el Acto Central en dicha Sede y a las 3:00 PM se partirá para la cremación hacia el Cementerio de Chapinero.

Bogotá, 26 de enero de 2011

Gustavo Triana

Secretario General del MOIR

¿Por qué los colombianos nos aguantamos todo?

Por: María Jimena Duzán / Semana

No solo no protestamos, sino que reelegimos a los políticos que nos han robado, a los alcaldes que se han enriquecido y a los aliados de los narco paramilitares.

En Barcelona, una ciudad que funciona bastante mejor que Bogotá, trataron de implantar el Pico y Placa por un día, pero los barceloneses salieron a protestar y lograron que el alcalde tumbara la medida en menos de una semana. En Ecuador, las petroleras están enfrentando importantes juicios por atentar contra el medio ambiente, por cuenta de los indígenas que salieron a protestar. En Estados Unidos, la BP quedó herida de muerte por cuenta de las protestas de cientos de pescadores que presionaron al gobierno de Obama para exigirle una millonaria indemnización y la salida de su país. Aquí en cambio, los colombianos nos seguimos aguantando todo, de manera estoica, sin protestar.
 
Las playas de Santa Marta las acabó la Drummond con su polvillo de carbón. ¿Alguien ha salido indignado a protestar por ese crimen ecológico? Cientos de niños tienen problemas respiratorios. ¿Acaso se escucharon las protestas de la gente? Los bogotanos seguimos aguantándonos un Pico y Placa que hace rato dejó de servir, y al cuestionado Alcalde nadie lo increpa. El problema con las losas de TransMilenio nos dejó una autopista inservible y en constante remiendo, pero el responsable de este descalabro es hoy uno de los candidatos más opcionados en las encuestas a la Alcaldía de Bogotá. ¿Quién nos entiende? El que va de primero en esos sondeos es el ex presidente Álvaro Uribe, a quien le debemos el desastre de Opain, la yidispolítica, las ‘chuzadas’ del DAS y el desastre del Inco, que nos devolvió al año de upa en materia de contratación y transparencia institucional.
 
Sin embargo, fieles a nuestra forma de no protestar cuando hay que protestar, el ex presidente Uribe anda por toda Colombia lanzando sus talleres ideológicos promovidos por La U, sobre la base de sus tres huevitos: seguridad, lucha contra la corrupción y cohesión social. Yo sí quisiera asistir a uno de esos talleres democráticos financiados por La U cuando exponga su huevito de la lucha contra la corrupción, porque me imagino que debe ser una obra maestra de la ciencia política. Sus aportes en la materia serían tan iluminantes como si pusiéramos al propio Madoff a dar talleres de responsabilidad bancaria o a Berlusconi, talleres de ética.

De todas las lecturas, quisiera asistir a la que hable de su legado en esa lucha contra la corrupción en el caso del aeropuerto El Dorado de Bogotá. Si fuera una de sus asistentes le preguntaría cómo fue que su gobierno consiguió otorgarle la concesión del aeropuerto a la oferta más barata (en la que coincidencialmente estaba de socio su cercano amigo William Vélez) para que después Opain empezara a pedir más dinero y la obra nos terminara costando una cifra muy superior a la más alta de las que ofertaron. Con un problemilla: con todas estas demoras y a pesar de todos los adendos, el aeropuerto que vaya a construir Opain nos va a quedar pequeño antes de que entre en funcionamiento. En esas circunstancias, lo que sí podría impartir el presidente Uribe en sus talleres ideológicos en materia de lucha contra la corrupción sería un taller sobre cómo reducir la corrupción no a sus mínimas sino a sus máximas proporciones. Ese taller podrían repartírselo con Júnior Turbay para que la cosa tenga algo de humor.

Pero no solo no protestamos, sino que terminamos reeligiendo a los políticos que nos han robado, a los alcaldes que se han enriquecido con el erario y a los que en los últimos 20 años se han aliado con los narco paramilitares. Y como siempre, los pocos que sí protestan terminan como esos líderes de Córdoba que han sido asesinados por los paras en estos últimos meses luchando por su tierra. Lo más seguro es que en ese departamento se seguirá imponiendo la familia López Cabrales, y en Sucre los familiares de Álvaro García, así como en el Valle lo harán los títeres de Juan Carlos Martínez. Esas tres familias, a pesar de que han cohabitado a su manera con el narco paramilitarismo siguen detentando el poder en sus regiones. Son los hombres de acero de la política colombiana: a ninguno le hace mella ni sus alianzas con el diablo, ni la precaria situación social que viven sus departamentos, ni el aumento de la violencia.

Protestar en Colombia no solo desafía la cultura establecida, sino que lo convierte a uno en un perro a cuadros. Uno no encuentra ni los lugares precisos, ni las instituciones que reciban esa protesta y la tomen en serio. ¿A cuántos de ustedes no les ha pasado que cuando van a protestar por una cuenta de gas o de luz que supera lo normal, lo primero que hace la persona encargada es darle a uno a entender que la protesta no es válida y que uno es el equivocado? Las veces que yo he hecho el reclamo me ha tocado prácticamente probar que no soy una antisocial que quiere robarle chichiguas a la empresa en cuestión. ¿Han intentado hacer un reclamo en Comcel o en Movistar sin terminar convertidos en una especie de apátridas?

Cuando ni siquiera las protestas cotidianas tienen cabida ni eco, es un síntoma preocupante de que la protesta no es valorada por la sociedad ni por las instituciones. Ahora, si lo único que hay para valorar realmente son esas tres güevas de Uribe, desde ya siento mi protesta, así me tachen de que estoy atentando contra todo un ‘triplevarón’.