Archivos Mensuales: junio 2014
Frente amplio de izquierda por la Paz
Movimientos sociales y políticos de izquierda construyen una plataforma para defender el proceso de paz con las guerrillas y constituir un bloque que juegue electoralmente en 2015 y 2018.
Los diversos sectores sociales y políticos de izquierda que apoyaron al presidente Juan Manuel Santos en la segunda vuelta trabajan en la construcción del Frente Amplio por la Paz, una iniciativa para construir una plataforma política integrada por las distintas vertientes de la izquierda democrática que les permita actuar política y electoralmente unidas. La primera reunión se realizó el martes pasado y en ella se definieron algunos aspectos programáticos para que la iniciativa se convierta en una “alternativa” de poder. El próximo miércoles continuarán trabajando para concretar las acciones que materializarán la alianza de las distintas fuerzas que participan en la discusión.
A la reunión de esta semana asistieron miembros de Fecode, Uso, Onic, Marcha Patriótica, Congreso de los Pueblos, Poder Ciudadano, Fuerza Común, Polo, Unión Patriótica, Poder y Unidad Popular y Movimiento Progresistas, además de un grupo de intelectuales y políticos independientes.
Entre las figuras que participan en la iniciativa se encuentran la exsenadora Piedad Córdoba, el expresidente de la Corte Constitucional Carlos Gaviria, los congresistas Alirio Uribe, Iván Cepeda y Ángela María Robledo, la presidenta del Polo, Clara López, el vocero de Progresistas, Guillermo Alfonso Jaramillo, y el escritor Alfredo Molano Bravo. Durante el encuentro del pasado martes se consideró determinante para el triunfo de Santos el apoyo de la izquierda, que le brindó su respaldo por considerar que el uribismo y “sectores militaristas ” ponen en riesgo la búsqueda de una solución política al conflicto armado. De tal manera se decidió que, ante el peligro que aún representan estos sectores, es necesario que el Frente Amplio por la Paz se consolide y defienda el proceso de La Habana y el que se inicie con el Eln.
De igual manera se concretó que el Frente debe ser la articulación de las organizaciones y movimientos sociales y políticos de la izquierda y en él deben participar comunidades afros, indígenas, campesinas, trabajadores, mujeres, sindicalistas y la población LGBTI. “Es un frente basado en la diversidad, con múltiples militancias y dos objetivos claros: la concreción de una solución política al conflicto armado y la búsqueda de construir una plataforma política que se perfile como alternativa de poder en 2015 y 2018”, explicó la exsenadora Piedad Córdoba.
Los líderes reunidos en torno a este propósito tienen claro que, si la idea madura, debe perfilarse para ser un instrumento social y político que contribuya en la transición de la guerra a la paz. Sin embargo, al mismo tiempo son conscientes de que entre sus actuales promotores hay personalidades que garantizan que el Frente Amplio tenga participación en el Congreso con los parlamentarios que consiguieron una curul y hacen parte de la construcción de la iniciativa.
Tras la reunión del martes se establecieron las bases del programa que perseguirá el Frente Amplio por la Paz. Lo primero es el convencimiento de que el país requiere una solución política al conflicto armado. Lo segundo es la exigencia al Gobierno de que brinde garantías a la oposición política, lo que incluye trabajar en la construcción del estatuto de la oposición. Un tercer punto busca convertir esta plataforma en un garante del cumplimiento de los acuerdos entre el Gobierno y la sociedad civil organizada; el cuarto, impulsar las reformas que la paz necesita, y el quinto, abogar por el cese bilateral al fuego o la implementación de los acuerdos especiales de humanización del conflicto interno, tal y como lo establece el protocolo dos de Ginebra.
Pero más allá de estos objetivos a largo plazo, el Frente Amplio por la Paz tiene tareas urgentes que desarrollar. Lo primero es organizar una movilización nacional en favor de la paz, que se realizaría en agosto. Lo segundo, fomentar un congreso constituyente por la paz. Y lo tercero, organizar una campaña pedagógica para que la sociedad comprenda la importancia de la paz y los alcances del proceso de paz de La Habana.
En conclusión, el Frente Amplio por la Paz, que para muchos no era otra cosa que una campaña electoral para legitimar el voto de la izquierda por el presidente Santos, no parece ser un asunto coyuntural y sus promotores ya trabajan en la construcción de una plataforma amplia que permita que las distintas expresiones de izquierda converjan y actúen conjuntamente para consolidar una alternativa de poder real.
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Clara López felicita a la militancia del Polo Democrático y llama a preservar la unidad
La presidenta del Polo Democrático Alternativo y excandidata presidencial, Clara López Obregón envió la siguiente misiva de felicitación a la dirigencia y militancia de esta colectividad de izquierda en todo el país:
Bogotá, 18 de junio de 2014.
COORDINADORES, PRESIDENTES Y DEMÁS INTEGRANTES
COMITÉS DEPARTAMENTALES, DISTRITALES y MUNICIPALES
POLO DEMOCRÁTICO ALTERNATIVO
MILITANCIA Y SIMPATIZANTES
Apreciados colegas, amigos y amigas:
Al culminar la campaña presidencial quiero agradecer y reconocer de manera especial a cada uno de los integrantes, militantes y simpatizantes del Polo el trabajo realizado por el Partido en este certamen electoral que nos ha dejado un saldo positivo no solamente de casi dos millones de votos, sino la recuperación definitiva de la crisis que afectó al Polo desde la pasada campaña presidencial. Como dije al conocer los resultados de la primera vuelta, “¡El Polo vive y la lucha sigue!”
Son muchos los factores los que confluyeron para obtener tan positivo resultado, entre los que resalto:
1. La inmensa mayoría del Polo se puso la camiseta con entusiasmo y ánimo unitario.
2. La escogencia de Aída Avella como fórmula vicepresidencial dando muestras de una incipiente convergencia democrática conforme a lo aprobado por el III Congreso.
3. El nuevo empoderamiento de las mujeres.
4. El programa de cambio y su presentación propositiva.
5. Una campaña fresca con una nueva imagen de la izquierda democrática que se logró proyectar como una verdadera opción de Gobierno.
6. La participación masiva de los jóvenes
En la segunda vuelta presidencial, bajo el amplio paraguas de la libertad de conciencia otorgada por el CEN, unos sectores del Polo votamos por la paz en cabeza de Juan Manuel Santos y, como se lo dije al CEN en mi intervención, para evitar que llegara al Gobierno una propuesta autoritaria y antidemocrática. Otros llamaron al voto en blanco y otros a la abstención. Todas estas opciones igualmente legítimas bajo la decisión del CEN que fue adoptada por unanimidad.
Ahora iniciamos una nueva etapa que debe encaminarse a consolidar los avances de la campaña presidencial y a aprovechar la buena votación para continuar la tarea de construcción de Partido, en unidad y reflexión propositiva. Quiero disipar ante ustedes los rumores insistentes de que aceptaré un cargo ministerial o alguna participación en el Gobierno. Son comentarios tendenciosos que buscan enlodar mi buen nombre y desempeño en las tareas partidarias que he cumplido con decisión, firmeza y efectividad.
No solamente mis declaraciones públicas sino mi hoja de servicios al Polo aclaran suficientemente que mi voto por la paz fue totalmente de principios, que no hubo acuerdo o negociación alguna con el Presidente de la República y que no haré parte del nuevo Gobierno.
Cuando salí de la Alcaldía Mayor de Bogotá con los más altos índices de favorabilidad de Alcalde alguno desde que se llevan los registros, muchos insinuaron que me iría con el prestigio logrado en desarrollo de una tarea partidaria para otra parte. Me reintegré de inmediato a la tarea de reestructurar el Partido y sacarlo de la crisis, en asocio del equipo de dirección del Polo. Ahora doy cuenta de una difícil pero exitosa labor cumplida.
Nuevamente se tejen toda clase de teorías e hipótesis y quiero reiterarle al Polo en su conjunto, a todos y cada uno de sus integrantes, que culminaré mi periodo como Presidenta del colectivo con el mismo ánimo constructivo y unitario de siempre. Hago un llamado a la unidad, a resistir las tentaciones de la discordia y a aprovechar la gran oportunidad que nos ha dejado el debate electoral para crecer y desarrollarnos en la lucha social, en la deliberación pública e interlocución política y en el ejercicio de una oposición inteligente que convierta nuestras propuestas en verdadera alternativa de Gobierno.
Nuevamente muchas gracias por su aporte al trabajo colectivo que nos permitió sacar tan buen resultado. Este es un triunfo de muchos, de millones. No lo vayamos a dilapidar faltando a nuestro compromiso con los Estatutos, el Ideario de Unidad, el respeto mutuo y la confianza depositada en nosotros por cerca de dos millones de compatriotas.
Fraterno saludo,
CLARA LÓPEZ OBREGON
Presidenta y excandidata presidencial
Colombia: Contra la Guerra, Mandato por la Paz
Por: Manuel Humberto Restrepo Domínguez / ALAI AMLATINA,
La paz es el mandato que recibe Santos para reiniciar un nuevo gobierno. Pasará a la historia como un plebiscito por la paz y contra la guerra, no como una buena evaluación a su gobierno actual.
Santos no podrá reducir la agenda de estado al programa de un partido o de la llamada unidad nacional, tiene en sus manos una agenda de paz para cerrarla y empezar su ejecución material.
Esta vez los votos adicionales respecto a su contendor son votos sociales, salidos de la abstención que sigue siendo la ganadora indiscutible de un sistema caduco. Estos votos sumaron junto a las militancias políticas de izquierda, conservadores o verdes. Como un retrato en su escritorio los votos sin nombre estarán haciéndole memoria a Santos de que para el nuevo gobierno quizá miles de votos altamente significativos vinieron de intelectuales, académicos, artistas, obreros, campesinos, mineros, estudiantes, que estaban afuera de la lucha política electoral y llegaron en silencio en el último momento a aportar al millón de votos que le permitió superar a su contendor del régimen Uribista.
Eso habrá de entenderlo el presidente para gobernar sin triunfalismo, sin prevalencia por los suyos y sus tradicionales electores. Para garantía de la gobernabilidad no hubo una votación, hubo un plebiscito entre la continuidad de la guerra representada por la extrema derecha y su finalización representada por la derecha tradicional. El plebiscito lo gano la paz y contra la guerra y el mandato es para Santos. Hubo siete millones de votos a favor de avanzar hacia el fin del conflicto armado y el cese del uso de las armas como instrumentos, como medio principal para el ejercicio político.
El presidente esta llamado a reiniciar desde ahora su mandato y en el inmediato presente ya hay tareas y retos significativos esperándolo. Hay un cambio de agenda de estado y lo primero será provocar una crisis ministerial inmediata. Cambiar sin dilaciones al ministro de guerra, quien con el nuevo mandato es también revocado por su papel de representante de los señores de la guerra y por la inmoralidad de sus arengas y llamados a la muerte. Éste llamado a deshacer alianzas regionales con los sectores políticos y abrir los espacios para la entrada de sectores sociales hasta hoy silenciados. Y éste llamado a impulsar y logar de inmediato la invalidez de toda reelección, tanto presidencial como de los demás cargos públicos decididos por vía electoral o consultiva.
Su condición de candidato presidente no le permitió gobernar los últimos cinco meses y no cabe duda que esta figura ha sido para mal del país, de la débil democracia y de la tranquilidad pública. Pero comienza un buen momento para que reinicie su mandato, abriendo espacios democráticos donde estaban cerrados. Buen momento y suficiente respaldo político y social para gobernar con los compromisos propios de la democracia, la que se construye a la luz pública, sin cartas escondidas, sin deudas que pagar por cada voto conseguido.
Gana la derecha pero no por cuenta propia, lo hace con el apoyo del centro, la izquierda, los independientes y los inconformes. Gana la paz como posibilidad real para crear condiciones favorables hacia la reducción de las desigualdades y el sostenimiento de las libertades ya ganadas. Los votos que determinaron el triunfo electoral no son enumerables, no dan siquiera un margen para determinar su origen o en su defecto alguien pretender alzarse con el triunfo. Ha sido una situación inédita, distinta. Son votos colombianos, de gentes sin partido, de gentes que no necesitaron de alianzas, ni esperan entrar a ninguna sala de reparto especifico, eso los convierte en celosos guardianes anónimos de una bandera de que entregan a las movilizaciones sociales.
Ganó el país con el fin de un tedioso, odioso y peligroso momento de la reciente historia en la que han corrido los ríos de sangre que pidieron a sus subalternos algunos generales y el todo vale hizo carrera en todos los espacios políticos. Se ha cerrado un capitulo degradado de campaña electoral sin ética ni política, sin principios ni responsabilidades. Los candidatos, dijeron cosas que no cumplirán, prometieron, engañaron, eso era sabido por los votantes, pero no había otra salida. El pueblo otra vez fue conducido desde arriba, desde adentro de los centros de pensamiento de una derecha muy astuta a la que pocas cosas se le quedan por llenar con estrategias en su favor.
Ganó una derecha tan débil como la democracia misma y cercana a su derrota como proyecto político, pero victoriosa y hábil para cubrir con legalidad su falta de legitimidad. Eso lo sabe el pueblo que entregó sus votos invocando la paz. Como en 1789 esta vez se juntaron las clases sociales antagónicas para dar apertura a la posibilidad de construir en colectivo un nuevo pacto social. Por eso esta vez el pueblo estuvo en las calles para ponerle sus votos a su enemigo de clase y así evitarle su derrota a manos de una derecha extrema que crece y se alimenta con el odio y con las voces y prácticas de la muerte, de la guerra sin fin. Paradójica pero necesariamente el pueblo salió a contribuir con su adversario para reafirmar que busca en serio la salida final a la guerra.
Los votos que rubricaron la victoria pocos o muchos, no lo sabremos tan pronto, son votos sin alianzas, con éticas, con responsabilidades comunes y disposición para reconstruir al estado de derecho y por garantías inmediatas para los derechos conquistados. Este pueblo que dio sus votos a favor de santos, no lo hizo ganador, pero sin ellos quizá no hubiera ganado. La grandeza de Santos II será poder desprenderse del Santos actual y entender que los votos para ganar no fueron por Santos, fueron por un propósito, por una causa común: La paz sin esperar recompensa.
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